martes, 30 de noviembre de 2021

Latín y mentiras

 NO conviene, como solemos, confundir la educación con la enseñanza.

En la vieja Roma, decían de un mocito que estaba bene educatus si su familia había sido capaz de inculcarle buenos hábitos de conducta y modales adecuados. Si, además, su nivel de instrucción era el fruto de una enseñanza exigente, se la consideraba eruditus. Nuestro drama, aquí y ahora, es que ni lo uno ni lo otro.

Las decepciones que nos hubiéramos evitado con solo saber un poco de latín;

El vocablo “maestro” viene del latín “magister” y este, a su vez del adverbio “magis” que significa “más” o “más que”. En la antigua Roma el “magister” era el que estaba por encima del resto, ya fuera por sus conocimientos o por sus habilidades.

El vocablo “ministro” procede del latín “minister” y este a su vez del adverbio “minus” que significa “menos” o “menos que”. En la antigua Roma el “ministro” era el sirviente o el subordinado que apenas tenía habilidades.

Total, que con un poco de latín sabemos la razón por la que cualquier imbécil pueden ser ministro… Pero no maestro.

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