lunes, 1 de junio de 2020

AULO GELIO NOCHES ÁTICAS libro XVI

I. Palabras en griego del filósofo Musonio dignas y útiles de oír y observar; otra sentencia igualmente útil de M. [Porcio] Catón, pronunciada muchos años antes ante la caballería de Numancia.

1 Siendo aún unos jovencitos que asistíamos todavía a la escuela, oímos al filósofo Musonio1 pronunciar esta breve sentencia griega que he copiado más abajo y, como es verdaderamente jugosa y está expresada con breves y rotundas palabras, siento sumo placer en recordarla: 2 “Si haces algo hermoso con dolor, el dolor se va, lo hermoso queda; si haces algo vergonzoso con placer, el placer se va, la vergüenza queda”.
3 Más tarde, hemos encontrado esta misma sentencia en un discurso que M. [Porcio] Catón pronunció en Numancia ante la caballería2. Y, aunque las palabras de ésta son algo más amplias y prolijas que las del dicho griego citado, sin embargo, por ser anteriores en el tiempo y más antiguas, deben considerarse más merecedoras de respeto. 4 Son éstas las palabras del citado discurso: “Pensad detenidamente: si con anterioridad habéis hecho algo bueno con dolor, ese dolor lo olvidaréis enseguida, el bien hecho os acompañará durante toda la vida; pero si habéis hecho algo malo con placer, el placer se irá pronto, el mal hecho quedará siempre a vuestro lado”.


NOTAS
1 Para Musonio, véase nota a 5,1,1. Cf. O. Hense , C. Musonius Rufus. Reliquiae, Leipzig 1905 ,frag. 51.
2 Catón, frag. 17 Malcovati. Véase Tito Livio, 34,8. Catón, cónsul del 195, participó activamente en las campañas en Hispania, remontando el Ebro y llegando ante Numancia.


XIX. Relato tomado del libro de Heródoto sobre el tañedor de lira Arion.

1 Con palabra rápida y fluida y con estilo brillante y delicado, Heródoto96 escribió un relato sobre el célebre tañedor de lira Arión. 2. “Es muy antiguo y conocido -dice- el cantor Arión, que tañía la lira. 3 Oriundo de la localidad y ciudad de Metimna, perteneció a la tierra e isla entera de Lesbos. 4 En virtud de su arte, este Arión fue un amigo muy querido de Periandro, rey de Corinto. 5 De la corte del rey partió Arión para visitar las célebres Sicilia e Italia. 6 Cuando llegó allí, en ambas regiones deleito el oído y el espíritu de todos y con esta profesión agrado y conquisto el amor de la gente. 7 Mas tarde, cuando había ganado gran cantidad de dinero y una buena fortuna, 8 decidió regresar a Corinto y eligió a unos marineros corintios, porque le resultaban más conocidos y amigos”. 9 Pero, una vez recibido a bordo y cuando el barco estaba en alta mar, aquellos corintios, ávidos de dinero, tomaron la decisión de matar a Arion. 10 Entonces él, habiendo comprendido que estaba perdido, les entrego todos sus bienes y dinero, pidiéndoles únicamente que le respetaran la vida. 11 Los marineros, conmovidos por sus súplicas, se apiadaron y se abstuvieron de darle muerte violenta con sus manos, pero le ordenaron que inmediatamente y delante de ellos se arrojara al mar. 12 “Entonces -sigue diciendo Heródoto-, aquel hombre, aterrado y perdida toda esperanza de vida, solo les suplicó una cosa más: que antes de afrontar la muerte le permitieran ponerse todo su atuendo, coger la lira y cantar una canción que lo consolara en aquel trance. 13 El capricho de escucharlo se apoderó de aquellos feroces e inhumanos marineros; su suplica fue atendida. 14 Y entonces, ceñido según su costumbre, revestido, engalanado y de pie sobre la plataforma más alta de la popa, canto en tono muy elevado una canción que se llama orthius97. 15 Al final de la canción, con la lira y todo su atuendo, tal como estaba, de pie y cantando, se lanzó de un gran salto al mar profundo. Los marineros, sin poner en duda lo más mínimo su muerte, mantuvieron el rumbo que habían fijado. 16 Pero sucedió un hecho nuevo, extraño y tierno”. De repente un delfín se acercó nadando entre las olas y se colocó debajo de aquel hombre que flotaba y, elevando su espalda sobre las olas, lo transportó y lo llevó sano y salvo y con todo su atuendo a Ténaro, en tierras de Laconia. 17 Desde aquel lugar Arión se dirigió a Corinto y, tal cual había sido transportado por el delfín, se presentó al sorprendido rey Periandro y le contó el suceso tal como había ocurrido. 18 El rey no dio mucho crédito, como si Arión estuviera mintiendo, 19 y ordenó ponerlo bajo custodia y, tras alejarlo de allí, después de sondear a los marineros, les preguntó disimuladamente si habían oído algo sobre Arión en las tierras de donde habían venido. 20 Ellos respondieron que aquel hombre se hallaba en Italia cuando de allí zarparon y que le iba bien, que gozaba del aprecio y del favor de las ciudades y que vivía rico, disfrutando de opulentas riquezas y de la simpatía de la gente. 21 Entonces, cuando estaban diciendo estas cosas, apareció Arión con la lira y el atuendo con que se había arrojado al mar, 22 y los marineros, estupefactos, quedaron convictos y no pudieron negarlo.
23 Heródoto afirma que esta fábula la contaban lesbios y corintios y que, como prueba de la misma, en Ténaro se mostraba a los visitantes dos estatuas de bronce: un delfín nadando y un hombre sentado sobre él.




NOTAS
96 Gelio resume el relato de Herodoto (1,23) sobre Arión. Complétese con Ovidio, Fast. 2,79-118, Plutarco, Banquete de los siete sabios 18 y Plinio, Hist. Nat. 9,28. Consúltense los siguientes estudios: T. Gesztelyi , “Arion bei Ovid, Fasti II 79-118”, ACD i 0-11, 1974-1975, 65-73. V. Rosaria, “The celebratory purpose of Herodotus. The story of Arion in Histories 1,23-14”, Ramus 15, 1986, 93-104. J.T. Hooker, “Arion and the delphin”, G&R 36, 1989, 141-146. Y. Julien, “Histoire d’Arion, Du mythe a l’affaire judiciaire”, Melanges R. Marache, Rennes 1992, pp.323-338.
97 Se trata de una canción en tono ‘agudo’, que es lo que el adjetivo griego όρθιος significa aplicado a la voz.


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