jueves, 26 de marzo de 2020

Lecciones actuales


En tiempo de guerra, como el presente, cuando las necesidades son mucho mayores que los recursos, la moral kantiana (utilizar al hombre siempre como fin, nunca como medio) se retira para dejar paso a la moral utilitarista de Bentham (podemos dejar morir a un anciano si así podemos intentar salvarle la vida a un joven). 

O sea que, efectivamente, tenemos una doble moral: una para tiempos de paz (kantiana) y otra para tiempos de guerra (utilitaria). Pero esto es como decir que toda consideración sobre el valor intrínseco de una persona sólo es creíble en el paréntesis que media entre dos conflictos o, lo que es lo mismo, sólo es creíble mientras la naturaleza no molesta. […] Rawls concluyó, al observar este hecho, que estamos atrapados en una doble moral, según sean las que, siguiendo a Hume, llama “circunstancias de la justicia”. 

La circunstancia que hace posible la justicia es para Rawls “la escasez moderada”. La justicia es necesaria porque competimos entre nosotros por bienes moderadamente escasos. Pero si lo que está en pugna es un bien que afecta a mi propia existencia, entonces veo las demandas de los otros como un riesgo existencial.

No siempre es así. Algunos, cuanto mayor es el riesgo existencial, más afirman su voluntad de mantener firme el principio kantiano del respecto absoluto de la dignidad del otro, sean las que sean las consecuencias. Es lo que hacen los santos, muchos de los cuales no han leído a Kant, pero sí el Evangelio. Es el caso de Giuseppe Berardelli, un sacerdote italiano de 72 años, que ha renunciado al respirador que su parroquia (en Bérgamo) le había comprado, para cedérselo a un joven desconocido, gesto que le ha costado la vida.



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